EDITORIAL
HIRU


INICIO

contacto:

Tienda OnLine

DISTRIBUIDORES

CATÁLOGO
general e Isbn

NOVEDADES
AUTORES

TITULOS
 
COLECCIONES:
-Las Otras Voces 
-Informe
-Delta
-Sediciones
-Pensar
-Skene
-BreveSkene
-Hiru-Aske
-Ficciones
-Milia Lasturko
-Otras publicaciones

-
Obras de
Alfonso Sastre:

    Teatro
    Narrativa
    Ensayo
    Poesía

TEMAS
-Comunicación
-Cuestión nacional
-Ensayo
-Historia
-Narrativa
-Política
-
Teatro

sPuede visitarnos
en Facebook

 

  [libro anterior]                                                                                                                        [siguiente libro] 

COLECCIÓN LAS OTRAS VOCES

24

"Enfrentándose a la locura.
Héroes ordinarios en Tiempos extraordinarios"

Amy Goodman y David Goodman
 

“¿Dónde están todos los que defienden los derechos humanos, las libertades civiles y la justicia racial? ¿Dónde está la masiva oposición al asesinato y la tortura cometidos en nuestro nombre? ¿Dónde están los medioambientalistas y los activistas por la paz? La respuesta: Están en todas partes”

Enfrentándose a la locura es un libro oportuno, inspirador e incluso revolucionario que trata sobre gente corriente que un día reaccionó ante un hecho injusto y cuyo pequeño gesto estimuló la acción de otra mucha gente. También es un libro cargado de fuerza y optimismo: cambiar las cosas depende de nosotros mismos y de nuestra capacidad de organizarnos.

En su viaje por los EEUU, los hermanos Goodman fueron testigos de cómo los activistas de base iban arrebatando la política de manos de los políticos. En sus encuentros pudieron constatar cómo la gente corriente recuperaba la confianza en sí misma y en la lucha colectiva para enfrentarse a la demencial política de su gobierno. Enfrentándose a la locura habla de todas estas gentes y de esos movimientos: de héroes ordinarios en tiempos extraordinarios.

Amy Goodman es una premiada periodista y columnista licenciada en Harvard, autora de varios libros e impulsora de Democracy now!, la reconocida red de emisoras independientes de radio y Tv con más de 700 estaciones por todo Norteamérica. Su labor en defensa de la paz, de los derechos humanos y de apoyo a los media independientes la hicieron objeto de brutales críticas y agresiones, pero también la convirtieron en merecedora del Right Livelihood Award (o Nóbel alternativo). Michael Moore la ha definido como la “única voz que dice la verdad en la radio norteamericana”.

David Goodman es un premiado periodista independiente y autor de siete libros, entre ellos Fault Lines: Journeys into the New South Africa. Los artículos de David Goodman han aparecido en The Washington Post, Los Angeles Times, Outside, Christian Science Monitor, Boston Globe, The Nation y otros.


Nº de páginas: 272
PVP: 18

comprar on-line

____________________

Comentario sobre la obra

La lucidez como método 
Esther Zorrozua. noviembre 09
 

Los hermanos Goodman se han remangado por encima de los codos para acceder sin remilgos al patio trasero del imperio americano, dispuestos a dejar en evidencia las miserias de un gigante que luce una fachada virtualmente saludable, mientras esconde contradicciones, negligencias, aberraciones y omisiones que, como en el cuento del rey desnudo, están tan a la vista que a la mayoría le pasan desapercibidos. No obstante, a lo largo de su viaje por el país, los Goodman han constatado que el gigante no sólo ha causado daños bien cuantificados, sino también daños psíquicos, peor evaluables, y ha hecho del espionaje una rutina, de manera que los EEUU se han convertido en una “sociedad de vigilancia endémica” gobernada por un sistema unipartidista: no existe diferencia reseñable entre ambos bandos.

Hasta aquí no se separa mucho de tantos otros libros de denuncia. La novedad está en que, al mismo tiempo que levantaban acta de los desmanes, los Goodman verificaban un movimiento de resistencia por parte de héroes anónimos e insólitos que han ido asumiendo el liderazgo de un país que se había quedado sin líderes: no de manera esporádica, sino como una cosecha muy nutrida, quizá no bastante cohesionada aún, porque sus componentes no se conocen entre sí. Y eso arroja mucha esperanza.

El ensayo (o trabajo de campo, según se mire) está organizado en cuatro partes más una conclusión. Cada parte viene encabezada por un suceso que, dependiendo de los casos, “cambió muchas cosas” o “lo cambió todo”: el boicot a los autobuses de Montgomery, los papeles del Pentágono, el levantamiento de Soweto y el movimiento GI de los soldados. Hechos puntuales que han ido desplazando el centro de gravedad de la confianza desde los gobernantes hasta la gente corriente. La conclusión, explícita en el subtítulo “Nosotros mismos somos los líderes que estábamos esperando”, guarda un tono mesiánico pero al revés. Todo el libro es, en realidad, como un calcetín al que se le hubiera dado la vuelta. Esta conclusión es un canto a la esperanza, aunque, de momento, los medios ignoren y ridiculicen a estos activistas y ellos mismos se pregunten dónde están esos movimientos contestatarios. La confirmación de los Goodman, después de haber estado con muchos de ellos, es que están en todas partes. Temas como la paz, la guerra, la tortura, la privacidad, la censura, el calentamiento global, el racismo y la justicia se han fundido con el tejido social y no hay marcha atrás. Se ha convertido en una especie de acción-reacción: donde hay injusticia hay resistencia. Quizá empiece de manera tímida, pero crecerá.

El libro termina con una especie de recetario práctico organizado en siete consignas muy claras: desafía a los medios corporativos, no sigas a los líderes, cuestiona la autoridad, denuncia, di no, lucha con otros, actúa en la calle. Después de esto, nadie podrá utilizar excusas para evadirse, alegando “haría algo si supiera por dónde empezar”.

De las páginas se desprende un aroma conocido que recuerda a otros movimientos de resistencia pacífica y que tuvieron eco mundial. Debe de haber algo en el aire que periódicamente nos hace caer en el letargo. Menos mal que hay vigías alertos, como los Goodman, que van por los caminos repartiendo su medicación estimulante y estableciendo lazos invisibles entre tanto “llanero solitario” antes de que cunda el desánimo en su interior.

Amy y David Goodman, ambos periodistas de prestigio nacidos en los 50, han realizado un trabajo serio y oportuno, como tantas otras veces. Este documento y testimonio lleva un subtítulo muy acertado (a veces, del más simple juego de palabras puede surgir el éxito), “Héroes ordinarios en Tiempos extraordinarios”, no para desanimar a los pusilánimes, sino para estimular a todos, porque cambiar las cosas depende de nosotros mismos y de nuestra capacidad para organizarnos.