Esther Zorrozua (Bilbao, 1955) es una voz arraigada a su tierra que utiliza la geografía conocida como metáfora espacial donde si sitúan conflictos de entidad universal. Dedicada desde hace tiempo al relato breve y a la crítica literaria como colaboradora en diversos medios, ha preferido dejar macerar sin prisas esta primera novela suya, en la oscuridad y la quietud de la espera fértil, antes de compartirla con sus lectores.
La clave de su estilo narrativo radica en un equilibrio estable entre cierta tendencia al pesimismo existencial y una ironía siempre latente, que desdramatiza y salva de la negrura de la sima, permitiendo que el sol siga saliendo cada día.
La casa de La Galea es un relato de ficción sobre el proceso de descomposición interna de un sector social muy concreto: la alta burguesía de Neguri de la primera mitad del XX. Se trata de la desmitificación de un mundo cerrado, que se consideró superior en una época por desconocimiento de quienes no pertenecían a él; un mundo al que el dinero no le fue suficiente para conservar sus prebendas ni para sobrevivir como tal, porque ningún grupo social se basta a sí mismo ni puede progresar en solitario, sino en armonía o en oposición a los demás.
«Destacan en el relato la elegancia y la sencillez de la prosa, la economía en las descripciones, los diálogos eficaces y un tono adecuado, comedido y levemente irónico. La dosificación de la intriga hace que la lectura se siga con interés.»
(Eduardo Medina)
«A pesar de que la novela se centra en una ficticia historia local y en un momento cronológico muy específico, resulta fácilmente extrapolable a cualquier otro lugar y época al convertir los hechos concretos y temporales en conceptos abstractos y universales: el honor, la familia, el amor, el dinero, la ética de los medios con relación a los fines...»
(Olatz Candina)
Nº de páginas: 312
PVP: 17 ¬
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Comentarios sobre la obra
Enredo en Neguri
Iñaki Urdanibia
Gara-Mugalari, abril 2005
Vaya por delante, y en un absoluto ejercicio de sinceridad, que la novela de la bilbaína Esther Zarrazoa es de las que atrapa desde el principio, y que quien piense que la afirmación precedente es un tópico laudatorio que se acerque al libro y verá que desde las primeras páginas se verá enganchado por los enredos que se van entrelazando desde el mismo incio de las historias familiares que se nos cuentan. Añadiré, también de inicio, que si en el título nombro la zona de la margen derecha de la ría bilbaína, esto no quiere decir que estemos ante una narración de corte localista, en absoluto. Es decir, ciertamente la cosa se desarrolla en el seno de una familia adinerada-¡valga el eufemismo!- de tal lugar, pero bien podría desarrollarse en cualquier otro lugar, y hasta en cualquier otra familia, aun no perteneciendo ésta a las clases altas, por emplear términos pelín normalitos y sin ninguna pretensión de rigor sociológico y/o político. Es claro, que donde hay confianza da asco; y aún no habiéndola la estrecha cercanía hace que el conocimiento entre gentes cercanas resulte exhaustivo en los más nimios detalles, hábitos, caracteres y en toda la amplia gama de características personales, quedando las vidas de cada cual profundamente marcadas por las experiencias vividas, sospechadas, y descubiertas-a pesar de la ignorancia de algunos de los protagonistas- en el comportamiento especialmente de los mayores. El amor y el odio son sentimientos fronterizos e intercambiables que se transfieren con absoluta permeabilidad, en especial en el seno familiar.
Estamos en la zona ya nombrada, y nos es presentada una familia de la alta burguesía, que es dueña de una empresa que con el paso de las páginas, y del tiempo, se verá obligada a ponerse al día con respecto a los tiempos que corren. La saga familiar a la que se nos asoma, asistirá al fallecimiento prematuro de algunos de sus miembros, lo que hará que otros familiares hayan de tomar las responsabilidades familiares y mercantiles. En este ultimo terreno, algunos empleados, aun no siendo familiares estrechos, jugarán un papel clave en lo referido a la dirección de los negocios familiares. Las rencillas cainistas entre hermanos, los rencores entre tía y sobrina, marcados a sangre y fuego desde el descubrimiento de la "escena primitiva" extramatrimonial del progenitor de la niña, y el indisimulado resentimiento del gerente del patrimonio familiar hacia los "niñatos"- muy duchos en el mamoneo y en funcionar en un mundo de derroche y facilidades sin sudor-"niñatos", decía, de la potentada familia, hará que el fuego cruzado se vaya disparando, con maniobras mil, y con asomos-y acto- de actos delictivos. Tela de araña que se va entretejiendo con habilidad por la autora de la obra, que hace gala de unas descripciones certeras de los personajes, y de sus más íntimos sentimientos, al tiempo que nos los va presentando en su movimiento a través de unos diálogos y una participación en distintos ambientes, que hará partícipe a los lectores de los más hondo de esos seres que son capaces de pisarse con el fin de llegar más alto.
El despellejamiento de una prototípica "de las mejores familias", sirve para ir desenmascarando los sacrosantos valores que supuestamente han de ser el cemento de una buena armonía familiar y que al final no son más que la cal que blanquea a seres que no son más que sepulcros blanqueados.
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Periódico Bilbao, mayo 2005
Seve Calleja