Comentario sobre la colección
(con motivo de su aparición)
Decía Hipócrates que la vida es breve y el arte, largo. Eso, según y cómo, porque también en el arte -tan largo que es- se da el fenómeno de lo breve, y hasta de lo brevísimo, como las greguerías de Ramón Gómez de la Serna o, más antiguo, los poemas de tres versos -como las soleares- o menos. Hace años que prosperan los minirrelatos. Siempre se cita a Monterroso sobre esto, pero aquello de "Cuando se despertó, el diplodocus estaba allí" es una greguería: una ocurrencia, un flash; y hay pretendidos minirrelatos como aquel de una sola palabra. "¿Y?" que no son nada de nada. (El más breve relato hasta hoy, dice así: "Érase una vez colorín colorado"). Los poemas breves, como los haiku, no por ser breves dejan de ser largos en el sentido profundo -no longitudinal- de la palabra. ¿Y en el teatro? ¿Qué es eso del teatro breve?
Viene esto a cuento de que Hiru ha iniciado la publicación de dramas breves, bajo la rúbrica "Breveskene", lo que es una buena iniciativa. La duración en el teatro ha tenido que ver con lo que se ha considerado, en cada momento, como esa duración de tiempo en que los espectadores se encuentran bien, allí sentados. Se dice que el cálculo inicial se hizo sobre la base de la vejiga urinaria: el espectáculo debería durar el tiempo en que los espectadores no sienten la necesidad de orinar. De dos horas a dos horas y media, es la duración normal en los teatros occidentales. Más que eso, el espectáculo es largo. Menos, es breve. Piezas breves son, pues, las que se nos anuncian en esta colección, y para empezar se nos han servido tres libros de excelente calidad y, lo que es muy de agradecer, de autores contemporáneos. Tenemos "La baladilla de San Sebastián" que es un encuentro entre una vendedora del mercado de la Bretxa de Donostia y un magrebí vendedor de alfombras, una pieza deliciosa; "Surtido y crujir de comedietas", varias piezas elaboradas en ese misterioso taller -¿un gabinete del doctor Caligari?- que es "La Galleta del Norte", tomo en el que la vanguardia reivindica su importancia; y, en fin, una pieza corta, "Shakespeare", traducida del catalán de Valencia, de Manuel Molins, que es una apuesta poética por la hipótesis de que quien escribió las obras de Shakespeare fue una mujer. Algunas actrices se quejan de que no encuentran buenos papeles para ellas. ¡Aquí tienen uno, y excelente!
"BreveSkene" es una buena idea, porque, efectivamente, el arte breve es muchas veces "largo" en el sentido de profundidad que decíamos. En la historia del drama, hay muchas piezas cortas -como "La voz humana" de Cocteau o "Antes del desayuno" de O'Neill- que ocupan un gran espacio en la historia del drama.
Roke Aldekoa